jueves, 26 de julio de 2012


LA SEXUALIDAD EN EL ANCIANO







se manifiesta a través del


afecto, necesidad de intimidad, vinculación,

autoerotismo, autoimagen y el contexto del

individuo en relación al género, contexto

sociocultural y etnicidad. Siendo también

muy importantes, las características físicas,

psicológicas y biográficas del sujeto y la

existencia de una pareja sana.

La combinación de la capacidad para

disfrutar una relación sexual satisfactoria y

la capacidad de expresar los deseos

sexuales propios, no disminuyen con la

edad.

La valoración de la sexualidad en el anciano de ambos sexos, incluye un enfoque múltiple pues

más que una afectación intrínseca, lo que existe es una acumulación de factores que influyen

de forma negativa sobre la actividad sexual (cambios fisiológicos asociados a la vejez y estado

de salud) y no exactamente la edad.

Debemos tener en cuenta los prejuicios que afectan a este colectivo. Los prejuicios negativos

dicen que los viejos son todos enfermos, deprimidos, pobres y que no tienen sexualidad. Los

positivos en cambio, que son todos buenos, sabios y amables.

Cuando hablamos de la sexualidad en el anciano, debemos huir de estereotipos generalizados

que pregonan una perdida de sexualidad en la vejez.

Los prejuicios, son adquiridos durante la infancia y más tarde, se van desarrollando y

asentando con el paso de los años durante el resto de la vida. Es interesante llegado a este

punto, resaltar la propensión que tenemos, desde muy niños, de rechazar a los discapacitados,

con los que identificamos a los ancianos.

Estos prejuicios o tópicos, ampliamente extendidos, son especialmente dañinos cuando se dan

en los profesionales sanitarios que tratan con ancianos, esto es lo que podemos llamar


institucionalización del tópico

, caracterizada por los siguientes aspectos:


- Presencia de actitudes de rechazo o viejismo-gerontofobia en los propios profesionales que

trabajan con ancianos.

- Tendencia al aislamiento de los ancianos en los centros residenciales.

- Escasez o ausencia de iniciativas que promuevan la independencia y autonomía del

anciano.

- Adecuación de los ancianos a la situación de aislamiento. Aumento de situación de

dependencia.

Refiriéndonos en concreto al prejuicio de que los ancianos no tienen sexualidad, dos

circunstancias significativas ayudan a fomentar esta falsa creencia: el hecho de haber dejado

atrás la capacidad procreativa en el caso de las mujeres y la disminución de encuentros

sexuales, que muchas veces es debida más a una falta de oportunidad que a una falta de

deseo. Llegados a este punto, debemos hacer hincapié en el hecho de la fuerza que ejerce


La sexualidad en el Anciano – Cristina Rodríguez Benito. INEFOC (2008)

2 sobre nuestros mayores una educación sexual represiva que influye decisivamente en sus

relaciones.

Como consecuencia de esta actitud, son muchos los mayores que tachan de “pervertidos” a los

que a su misma edad, disfrutan plenamente de su sexualidad, colgándoles la etiqueta tanto

ellos como la sociedad en general, de “viejos verdes”.

Sin embargo, la sexualidad la experimentamos a lo largo de todas las etapas de nuestra vida, y

por esto se hace necesario hablar de ello y desvincular el disfrute de la misma con la belleza, la

procreación y la juventud.


Tópicos más frecuentes asociados a la

vejez

Consecuencias de los tópicos


- Vejez= discapacidad, enfermedad

- Decadencia intelectual

- Improductividad

- Inflexibilidad

- Cambio de personalidad

- Desapego

- Sexualidad inexistente

- Desapego

- Adecuación

- Temor a la vejez

- Incapacidad de realizar un adecuado

diagnóstico y tratamiento de procesos

patológicos

- Dificultad para entender al anciano

- Anulación de la dimensión sexual del

anciano

- Suicidio

- Sentimientos de inutilidad



No hay comentarios:

Publicar un comentario