martes, 24 de julio de 2012

Educación Integral en Sexualidad y Afectividad

Educación Integral en Sexualidad y Afectividad



Resumen:
El presente documento explica los siete componentes básicos para una educación integral en sexualidad y afectividad propuestos por la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) de Chile.
Textocompleto:
Generalmente al educar en sexualidad, especialmente en el caso de los y las niños y de los y las jóvenes, la educación se centra en la entrega de información biologicista y orientada en la prevención de problemas como el embarazo no deseado, las ITS, VIH/SIDA y situaciones de maltrato y abuso.

Si bien se torna crucial trabajar en la prevención de estas problemáticas, una educación sexual necesariamente debe incorporar una visión integral y precursora de un desarrollo biopsicosocial y sexual que implique el ejercicio de los DDSSyRR de modo de vivir la sexualidad de un modo saludable, informado, pleno y fundado en conductas y estilos de vida sanos y placenteros.

Una educación en sexualidad que sí o sí va de la mano de una educación en afectividad y que permita a cada niño, niña y joven construir felizmente su proyecto de vida, en base a las decisiones tomadas de modo informado, libre y comprometido consigo/a mismo/a.

Para una Educación Integral en Sexualidad y Afectividad, la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) propone siete componentes básicos. Básicos, ya que forman la piedra angular para el ejercicio pleno de los DDSSyRR y su no vulneración.

Componente Salud Sexual y Reproductiva


Acá se torna central el concepto de Salud que está a la base de nuestras intervenciones clínico, comunitarias y/o educativas, ya que generalmente se trabaja desde el concepto de salud como ausencia de enfermedad y no como el completo bienestar biopsicosocial de los individuos y las comunidades. Esta última conceptualización correspondiente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual amplía la mirada de déficit a la mirada de bienestar; la mirada del individuo aislado a la mirada del sujeto en comunidad/es saludables.

Algo parecido ocurre al definir Salud Sexual y Reproductiva. La Salud Sexual nos permiten entender que lo sexual no va necesariamente ligado a lo reproductivo, ya que existe lo sexual no reproductivo y también puede (y debe) ser saludable.

Por último, en cuanto a la Salud Reproductiva, ésta implica la capacidad de disfrutar una vida sexual satisfactoria y evitando todos los riesgos de la procreación, contando con la libertad para decidir acerca de cuándo, cómo, con quién tener hij@s y también la capacidad de decidir no tenerlos, contando con la información necesaria para tomar adecuadas decisiones personales. Por otra parte, la Reproducción se entiende como la continuidad de la especie humana, que no significa necesariamente la reproducción genital, ya que podemos ampliar la mirada y hablar de la reproducción de la cultura y también su reciclaje.

Componente Género
El concepto de género es una construcción social, lo cual debe explicitarse para que no aparezca la distinción hombre/mujer como algo natural, ya que una realidad creada socialmente (y por ende, posible de modificar).

Es relevante al hablar de enfoque de género en la educación integral de la sexualidad y la afectividad, el no restringirse a lo femenino v/s lo masculino, específicamente en los roles asociados a estas dos construcciones sociales antagonistas, más aun cuando buscamos un educación pluralista y acorde a los tiempos actuales, donde el hecho de nacer hombre o mujer no significa cumplir el 100% los patrones clásicamente asociados a los masculino o femenino.

Componente Diversidad
En el marco de una educación integral en sexualidad la Diversidad sexual y no sexual debiese ser considerada como parte de nuestra realidad nacional y de la realidad de nuestras comunidades.

Esto implica derribar mitos y prejuicios que estigmatizan la diferencia. El ideal es pasar de la tolerancia a aceptar y valorar las diversidades.

Respecto a la diversidad sexual, ésta implica distintas formas de vivir la sexualidad, diversidades innumerables que se dan dentro de parejas heterosexuales como homosexuales.

A su vez, es importante recordar que hablar de diversidad no aumentará formas de vivir la sexualidad más estigmatizadas socialmente (hablar de diversidad no “contagia” a los y las jóvenes).

Por último, diversidad va más allá de la elección sexual y la capacidad de decidir en un derecho inherentes a todos y todas.

Componente Ciudadanía Sexual
Este componente está orientado a concebir la educación integral en sexualidad como una parte central de una educación orientada a formar ciudadanos y ciudadanas, ya que el cuerpo, la mente y el alma de un sujeto son “posesiones” absolutamente personales, por lo que tenemos derecho de decidir respecto al cuerpo, la mente y el alma.

El hecho de hablar de ciudadan@s con DDSSyRR nos hace reflexionar acerca de la estructura de la sociedad, estructura marcada por desigualdades de poder, donde generalmente los adultos y los hombres son los que tienen más poder que los niños y jóvenes y que las mujeres (Ej. relación de asimetría de poder padres-hijos; profesores-alumnos; hombre-mujer). Hablar de ciudadanía sexual es pensar en cómo equilibrar estas asimetrías de poder y educar sujetos de derechos, ciudadanos autónomos en la toma de decisiones que afectan su proyecto de vida. Implica así, necesariamente un proceso de empoderamiento.

Por otro lado, para lograr lo anterior de deben propiciar y mantener proceso de Participación Ciudadana, que amplíen el ejercicio de la ciudadanía desde el votar al debatir, monitorear, evaluar, demandar y proponer ciertos procesos y acciones al Estado, por ej. el cambio de normas que atentan contra el pleno ejercicio de los DDSSyRR de los y las jóvenes menores de 18 años, como la Ley que penaliza que adolescentes de 14 tengan relaciones con personas de 12. Esta Ley obliga a los y las profesionales de la salud a no atender a una pareja de esta edad que consulta por métodos anticonceptivos, sino –y contrariamente a su código ético y profesional- denunciarlos.

El ejercicio de este tipo de ciudadanía basado en la idea de construcción colectiva y cotidiana de la sociedad1 implica necesariamente procesos de socialización y educación para formar ciudadanos informados, empoderados y participes activos en los procesos relacionados con las distintas dimensiones, aristas, aspiraciones y sueños de su proyecto de vida.

Componente Placer
El placer le da humanidad a la sexualidad. Al desligar la sexualidad de lo reproductivo genital, reivindicamos el derecho al placer, y a la salud sexual en la cual la sexualidad ya no es un medio para preservar la especie sino que un fin en sí misma. Generalmente el placer es una componente de la educación sexual invisibilizado y/o mal abordado (desde lo pecaminoso, sucio, problemático e inclusive controversial). No obstante, es algo sumamente cotidiano y personal, ya que existen distintas y personales vivencias placenteras.

Abordar este ámbito de la sexualidad y la afectividad va más allá del orgasmo. Implica trabajar el tema del autoconocimiento, el erotismo, la sensualidad y lo sensitivo y el conocimiento de los demás con los que me relaciono de diversas formas.

Por otro lado, existen trabas y mitos culturales necesarios de trabajar. En Chile debemos democratizar el placer, ya que existe una concepción de que las mujeres sólo dan placer al hombre (atenderlo, cuidarlo, cocinarle, etc.) quien debe recibirlo.

Un factor que incide en lo poco hablado del tema del placer al educar en sexualidad, es por las connotaciones negativas que se le han asociado, especialmente en el ámbito infanto-juvenil. Estas connotaciones han generado culpa por pensar y por hablar de la posibilidad de recibir placer y peor aún, de recibirlo. La culpa oculta este dimensión, tan esencial y humana de nuestra afectividad y sexualidad.

Componente Respeto y No Violencia

Desde el psicólogo Jorge Barudy la violencia se define como un abuso de poder de personas o grupos con más poder hacia otros con menos poder (ya sea legitimado o autorizado).

Existen distintos tipos de violencia y todos son una vulneración de los derechos humanos y una manera de controlar el pensar y actuar de las personas. Acá se torna crucial “poder” reconocer las distintas modalidades de violencia como primer paso para erradicarlas.

La culpa que tiñe la sexualidad podría ser definida como una violencia autogenerada, violencia que surge de la educación y cultura en que hemos crecido. Acciones como el dejar de dar información (omisión) o darla a destiempo es una manera de violentar a un sujeto de derechos.

El respeto en todas sus formas de expresión y entendido como el reconocimiento de otra persona como un/a otr@ válido, es la gran garantía de establecer y mantener relaciones de no violencia y resolver conflictos de una manera adecuada.

Componente Relaciones
Está asociado a la vivencia cotidiana de la sexualidad y la efectividad. Nuevamente surge el tema de cómo conceptualizamos las relaciones, ya que las relaciones sexuales no necesariamente son relaciones genitales. Entendiendo así las relaciones padre-hijos, familiaescuela, Estado-Derechos, relaciones de pareja, relación afecto-placer todas son intrínsecamente relaciones de poder.

Respecto a la relación de pareja es importante cuestionar ciertos prejuicios como el concepto de media naranja, ya que alude a que una persona no es un ser completo y debiese vivir a través de otro, lo cual quita autonomía a ambas partes.

Por otro lado, el tema de la perdurabilidad de las relaciones tiende a ser evaluada como algo positivo, lo cual también debe analizarse (caso de esposos que no se separan por no destruir a la familia, aun cuando la tensión familiar ya en sí está afectando su salud y vida sexual y afectiva y de las personas que quieren).

A partir de estos ejemplos, se visibiliza la importancia de mirar las relaciones que establecemos, en cuánto a sus características, su calidad y tipos de expresión.
Fuente:
Tomado del sitio web de Aprofa.

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