martes, 24 de julio de 2012

DESARROLLO PSICOSEXUAL





 La sexualidad humana es una dimensión fundamental del ser humano, necesaria para identificar al ser humano como tal y para permitirle realizarse en el amor. La sexualidad está íntimamente relacionada con la afectividad, la capacidad de amar y la aptitud para relacionarse con los demás. Incluye el funcionamiento del propio cuerpo, el género (masculino o femenino), la identidad de género (cómo nos sentimos acerca de ser mujer u hombre), la orientación sexual (heterosexual, homosexual), los valores sobre la vida, el amor y las personas. La sexualidad está inmersa en nuestras vidas y se expresa desde que nacemos a través del desarrollo psicosexual.

Existen características esenciales relacionadas con la sexualidad, en cada etapa del desarrollo del niño. Desde los estudios de Freud, máximo representante del psicoanálisis y sus aportes a la psicología, se sabe que existen zonas erógenas, estas son, regiones del cuerpo susceptibles de producir placer, preponderantes, según la edad. Lamentablemente el placer, ha estado cargado por nuestra sociedad negativamente de prejuicios, pero en realidad es una función fundamental en la vida de los seres humanos en la búsqueda de la satisfacción de sus necesidades. Sentimos placer al comer si estamos con hambre, cuando vemos una buena película o cuando logramos alguna meta; el placer nos motiva y dirige nuestra conducta. Las primeras experiencias placenteras del bebé serán la amamantación y chupar el chupete de entretención, la región peribucal se constituye así en la primera fuente de vivencia placentera, es el órgano de alimentación y la principal fuente de conocimiento del bebé.

1. Desde el nacimiento hasta los seis meses de edad: Ya desde el nacimiento las glándulas sexuales en el bebé funcionan y sus órganos sexuales ya están desarrollados y es común ver en los recién nacidos erecciones, así como también es común que el bebé tenga sensaciones de placer (alimentación, baño). En el momento del nacimiento, el primer objeto de satisfacción es el seno de la madre que le alimenta y reconforta. Es la boca la primera zona de su cuerpo que le proporciona este placer (a través del seno, la tetina del biberón, el chupete, la succión en su conjunto). Satisfaciendo estos deseos de alimento, de respiración, el bebé recoge sus primeras impresiones sobre el mundo y el lugar que ocupa. Si la madre le coge tiernamente cuando le da el pecho, el niño vivirá este período oral en un clima de felicidad y confianza.

A los 6 meses, va siendo capaz de sentir un amor muy emocional con sentimientos de rivalidad y de posesión (específicamente por la madre). Sus comportamientos se centran en su propio cuerpo, repiten comportamientos placenteros que primero se presentan al azar.

2. De los seis meses al año de vida: Una fase caracterizada por el mordisqueo de objetos (debido al crecimiento de los dientes), el primero de los cuales es el seno materno, complementando la simple succión del estadio anterior. La zona erógena de esta etapa (zona de placer) es la boca y el aparato digestivo. Se obtiene placer a través de la comida. A los nueve meses el registro emocional se enriquece, aparece la cólera, la ternura y un interés nuevo

Del primer año de vida a los dos años: El niño comienza a interesarse por los otros niños pero no se trata más que de relaciones paralelar. En esta etapa los niños experimentan sensaciones placenteras al retener y evacuar la orina y los excrementos, así como en observar y tocar sus genitales y deposiciones. Todo esto constituye la forma en que los niños van aprendiendo a reconocer su cuerpo, sus necesidades y sensaciones de placer.

4. De los dos años a los tres años de vida: Se aguda la formación del "yo". Progresivamente aparece el "mío". El niño repite a veces inoportunamente algunos gestos. Los signos afectivos se hacen más convencionales, descubren las diferencias entre los hombres y mujeres, observarán que los varones tienen pene y las mujeres tienen vagina, tendrán mucha curiosidad, les llamará la atención por ejemplo el hecho que los varones orinen de pie y las mujeres lo hagan sentadas, se darán cuenta que existen diferencias entre sus cuerpos y el cuerpo de los adultos.

5. De los tres a cuatro años: Después de los 3 años se manifiesta la curiosidad por las partes corporales y paralelamente, como una expresión bastante elaborada de la curiosidad, comienzan a aparecer los llamados "juegos sexuales", al doctor, a la mamá, etc.

6. De los cuatro a cinco años: Comienzan las teorías infantiles acerca del origen de los niños. Estas teorías se van haciendo cada vez más realistas, pero siempre ingenuas y fantasiosas. Esto depende del grado de información que tenga el niño, de la presencia de hermano y hermanas, de las conductas y actitudes de los padres, etc. Esta etapa, la niña y el niño descubren sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo. Los niños de esta edad empiezan con los "porque". Cuando los adultos responden las preguntas sexuales, el niño percibe lo prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los padres todavía les resulta oscuro. Aparecen otros tipos de preguntas acerca de la diferencia entre un niño y una niña.

Las manifestaciones de la sexualidad infantil no son pensadas sino naturales y espontáneas. Por tanto actuar con naturalidad frente a la expresión de la sexualidad del niño es una actitud favorable que propicia la salud mental del niño, estimula la expresión de sus sentimientos y emociones.

El Desarrollo Psicosexual, también lo podremos explicar de acuerdo a las distintas etapas de evolución en las que se producen cambios, en el mismo y sus relaciones con los demás. Estas son denominadas etapas de evolución de la libido; la libido es la energía que corresponde a la sexualidad.

En estas etapas el individuo busca distintas formas de satisfacción de la sexualidad y de las fantasías.

Freíd describió las etapas y las zonas donde se centra el placer en cada momento del desarrollo. Estas etapas nos permiten comprender las características de la personalidad y el comportamiento.

Por ejemplo, cuando el bebe es bañado, cuando se apega al pecho, biberón o el chupete por el mero placer que le provoca las succión y el contacto. Estas sensaciones visuales, táctiles y aditivas son los primero objetos de amor para el.

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